Con el bloque número siete de cortometrajes en competición finalizaba el mes de julio. El Festival de Cine de Islantilla avanza y ya ha proyectado más de la mitad de los cien títulos que en busca de la Luna de Islantilla. La noche del martes 31 de julio fue el turno de Bélgica, Chile, España y Francia. Ocho ficciones de temáticas muy diferentes con un altísimo nivel de producción.
Intregración
Comenzaba la noche con esta producción rodada en Sevilla bajo la dirección y la producción del onubense J.J. Torres. Macarena vive entre la clase alta y baja de Sevilla durante los primeros años 2000. Combina la vida tradicional católica con el barrio y el botellón de la madrugada. Rodado con un peculiar estilo que roza lo experimental, Torres hace un perfecto uso de sus encuadres, cuidando al máximo una preciosista estética que dota de una gran belleza a su historia. Brillante la dirección de fotografía de Jorge Fonseca. Onírica, sensual e inquietante.
Julia
Producción chilena que viene a atestiguar el excelente estado de salud del cine chileno. Julia es una mujer alcohólica secretamente obsesionada con su inquilino Claudio. Tras acudir a investigar el origen de una filtración, Julia conoce a su amistosa vecina Leonor. Mauricio Espinoza dirige esta historia escrita por Manola Palomera. Rodada al servicio de una actriz en estado de gracia, Alessandra Guerzoni, que da cuerpo y alma a Julia. Espinoza se apoya en su interpretación para llevar las riendas de su película. Excelente trabajo interpretativo. Grande.
Kapitalistis
Papa Noel es un capitalista. Le aporta juguetes a los niños y jerseys a los pobres. Con esta divertida premisa nos llega esta comedia belga que provocó múltiples sonrisas en el patio de butacas. Pablo Muñoz al frente de una trama escrita por él mismo en compañía de Sarah Schenkel y Xavier Seron. Un inmigrante griego intentando sobrevivir en Bruselas, para que su hijo tenga los mismos regalos por Navidad que cualquier otro niño. Puro divertimento. Con un actor, Georges Siatidis, que dota de la mayor comicidad posible a su personaje. A Roberto Benigni le encantaría este cortometraje.
La apuesta
Inquietante y sobrecogedora propuesta extremeña que viene a corroborar el buen hacer de cortometrajistas de Extramadura en la última década. Javier es un hombre que lo ha perdido todo y no duda en apretar el gatillo por no perder a los que más quieren. Guión y dirección de Pedro Díaz bajo la cuidada producción de Antonio Sánchez. La excelente fotografía de Fran Ramos ayuda a mantener el climax de esta sosegada historia. Y es que cuando no se tiene nada en la vida poco importa si lo pierdes todo. Cada plano, cada encuadre consigue plasmar la tensión que vive el protagonista. Y así lo vivió anoche los espectadores en Islantilla.
La dama de sal
La Nao Estigia surca los mares. En mitad de una gélida noche, el timonel de guardia, es asesinado. El barco, fuera de mando alguno, es arrastrado hasta un denso banco de niebla en el que ocurren horribles sucesos. Producción andaluza rodada en el mítico Muelle de las Carabelas onubense, que sirve como escenario idílico para esta historia a medio camino entre el cine fantástico y el de terror. Mario Venegas escribe y dirige esta fábula que cuenta con un excelente reparto en el que destacan los grandes Mariano Venancio y Sebastián Haro. Excelente trabajo de Dani Mauri en la fotografía y Pepe Vázquez en la dirección de arte.
La lección
Hugo Gómez dirige esta historia escrita por Santiago Pajares. Producida por el propio Gómez y Ruth Gabriel, que se reserva una pequeña colaboración. Javier es un prestigioso ejecutivo al que la vida le sonríe. Disfruta del lujo y el dinero mientras toma decisiones que contribuyen a la pobreza y explotación de familias que para él solo son números. Tensión desde el primer minuto de una lección de la que todos debemos aprender. Y para conseguirlo el director cuenta con dos actores que nos regalan un magnífico duelo interpretativo. Jaime Pujol y Juan Fernández se miden cara a cara para deleite nuestro. Su mano a mano es la base y la guinda de esta tarta envenenada.
La muñeca rota
El riguroso orden alfabético en las proyecciones hizo que anoche coincidieran, una detrás de la otra, dos producciones con una misma temática pero contada desde un punto de vista muy diferente. A través de los ojos de una niña oriental somos testigos de su vida trabajando en una fábrica de muñecas en China. Un acercamiento al mundo de la explotación infantil desde el punto de vista humano. Daniel León Lacave retrata minuciosamente el día a día de la jovencísima protagonista que tiene que mantener a su familia. Durísima historia contada bajo el prisma del cuento donde cree vivir nuestra heroína. Necesaria historia que contar, pero ojalá no tuviese nada de verdad.
La parcelle
Yves acepta dedicar una parcela de su terreno al cultivo de maíz experimental. Dicha decisión le permite a él y a su pareja disfrutar de mejor salud financiera, algo crucial ahora que esperan un bebé. Con esta excelente producción francesa tocó despedir la noche del martes. Michael Guerraz derrocha talento en cada secuencia de la enigmática escrita por Olivier Dreux. Belleza en las imágenes de Sylvain Rodriguez al servicio de la pareja protagonista, Virgile Bramly y Maud Wyler, que aportan el brillo necesario para que todo se dimensione. Una joyita más que el cine francés nos regala para el Festival de Cine de Islantilla.
