18 abril 2024

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Por qué salimos a la calle y las medias verdades de nuestra presidenta

Por qué salimos a la calle y las medias verdades de nuestra presidenta

El discurso de la Excelentísima Presidenta de la Junta de Andalucía en las Jornadas que conmemoraban los 130 años del PSOE en Cádiz publicado en “El Mundo”, respecto a lo indicado de la sanidad pública, sin dejar de tener conexión con la realidad, dista mucho, por incompleto e impreciso de ser fiel reflejo de la situación actual. Sus afirmaciones, que no tienen desperdicio, muestran poca predisposición a reconocer los graves problemas por los que atraviesa actualmente la Sanidad Andaluza y por darles una solución satisfactoria para el ciudadano (siendo más bien un ejercicio de autocomplaciencia). Por tanto creo que merecen y precisan importantes puntualizaciones que completen la parte del discurso que quedó por pronunciar.

Reconoce, tímidamente, la necesidad de mejorar SOLO dos cosas: “más personal en urgencias y la mejora de las listas de espera de los pacientes”. Dos temas que, siendo graves (por su repercusión en la salud y la vida de los pacientes) cita casi de pasada, minimizando su verdadera importancia, pero que, además no son para nada los únicos existentes, ni en Huelva, ni en el resto de Andalucía.

Citando por ejemplo nuestra provincia (Huelva), omite la ausencia de ambulancias para transporte de críticos en exclusiva (la única existente, es compartida con toda la provincia de Sevilla, las noches los fines de semana y los festivos); también la falta de equipos del 061 en la Sierra de Aracena para atender las urgencias y emergencias; la falta de pediatras que atiendan al 60% de los niños onubenses, atendidos actualmente por médicos generales; la ausencia de CHARES; de Maternoinfantil; de Centros de Salud dignos, (bastantes de ellos precariamente dotados), de personal sanitario y no sanitario en todas las categoría, tanto en Atención Primaria como Hospitalaria; de unidad de ICTUS; de unidad del dolor. Además de obviar los problemas de abastecimiento de algunos medicamentos y la aciaga fusión hospitalaria, que ha dejado a los hospitales de Huelva sin las especialidades mínimas que permitan la atención integral de los pacientes. ¿Todos estos problemas se le han olvidado, Excelentísima Presidenta?

Anuncia, sin pestañear, que mejorar esos temas no da a lugar «a que nadie juegue con la garantía de la igualdad ante la vida» cuando han sido ella y su gobierno los que con su nefasta gestión han acabado con la igualdad, la equidad y la accesibilidad de los andaluces a un servicio Sanitario Público de Calidad. Estableciendo graves diferencias no solo con el resto de los españoles sino dentro de la propia Comunidad Andaluza. En salud, tener acceso a un servicio en tiempo y forma adecuados, es la diferencia entre vivir o morir, entre tener o no secuelas irreversibles. No solo hay que tener acceso a un servicio porque exista en nuestra comunidad, hay que tenerlo a tiempo. Todo lo demás es humo para tapar vergüenzas.

Reivindica todo lo que su partido ha hecho por la sanidad. Faltaría más que estuviéramos como hace casi 36 años, los que llevan gobernando Andalucía, aunque todos sus esfuerzos y acciones han sido claramente insuficientes, dejándonos a la cola de España.

Andalucía es la CCAA que menos invierte en sanidad por habitante, que menos camas, menos facultativos y menos dotación tecnológica tiene por habitante (datos oficiales, no es cuestionable). La de mayor precariedad laboral, con un 40% de los profesionales sanitarios contratados como eventuales, hasta hace poco renovando sus contratos mes a mes y al 75 %, obligados en muchos casos a hacer un 100% de jornada -sin cobrarla- algo que no ha ocurrido en otras CCAA. Y Huelva, en la cola de Andalucía. (Alrededor de 14 años esperando los CHARES, 10 años el maternoinfantil, los centros de salud de Gibraléon, Valverde, Isla Chica, los equipos de 061 para atender las urgencias en la sierra, etc, etc)

Denuncia que “algunos están intentando deteriorar la Sanidad Pública Andaluza”. ¿Se refiere a los movimientos ciudadanos, que lo único que hacemos es diagnosticar y denunciar la situación de una sanidad Publica andaluza -enferma-, al borde del colapso, para aplicarle el tratamiento que precisa? ¿O se refiere a su gobierno, que no sólo lo intenta, sino que lo ha conseguido? Podría aclarárnoslo.

Se sorprende de las actuales denuncias cuando se guardó silencio «durante los siete años de crisis económica», en la que «los trabajadores (del SAS) ganaban menos, que había médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, que cobraban un 25 por ciento menos porque tenían un 25 por ciento menos de jornada para que no se despidiese a nadie», mientras que en otras comunidades autónomas, según indicó «se estaba despidiendo a mansalva» a profesionales sanitarios en plena crisis económica.

Intentaremos explicarlo:

Los profesionales guardaron silencio por cuatro razones: Primero por responsabilidad. Sabiendo la importancia de su trabajo y la gravedad de la situación económica, las protestas de este colectivo fueron escasas; Segundo, por la política del miedo desarrollada año tras año. Cuanto más precaria es la situación económica y laboral de un trabajador menos levanta la voz ¿verdad?; Tercero, porque muchos se fueron a ejercer a otras CCAA o incluso otros países. (Hasta Portugal ha ofrecido mejores condiciones laborales y retributivas que la Junta de Andalucía). Aquí no se despidió, es cierto. Sólo no se renovaron los contratos. Y aunque para el trabajador es lo mismo, para Doña Susana no. Un eufemismo. (Por cierto tampoco es cierto que en otras CCAA se despidiese, o no renovase como dice la Junta, más a mansalva que aquí) y; cuarto, porque el apoyo en las reivindicaciones laborales contra la Junta de algunos sindicatos fueron bastante tibias, ellos sabrán las razones.

¿Y la ciudadanía? También por, al menos, otras cuatro razones: Primero probablemente porque la situación del Sistema Sanitario Público Andaluz nunca había estado en una situación tan crítica. Años y años sin suficiente inversión y sin suficientes profesionales, deterioran hasta a la “mejor joya”. Segundo porque se había, poco a poco, acostumbrado a ese deterioro progresivo, resignándose a sufrir largas listas de espera o buscando respuesta en la sanidad privada; Tercero porque su política de propaganda ha sido muy eficaz. Es más fácil publicitar una buena sanidad que realmente tenerla. Sólo los enfermos, los que usaban el sistema, tenían una idea real de la situación (pero por desgracia, más pronto o más tarde, todos necesitamos usar la sanidad pública y después de tantos años a la propaganda cada vez le cuesta más disimular la terca realidad); Cuarto, porque en esta sociedad se había perdido la idea que que los políticos están para servirnos y de que la sanidad no es un regalo GRATUITO de los mismos, sino que la pagamos con creces con nuestros impuestos.

Hay seguramente muchas más razones, las redes sociales que obvian su control de los medios de comunicación, la aparición de personas como Jesús Candel, valientes que muestran la posibilidad de que David venza a Goliat, de rebelarse ante el Status Quo. La unidad social, el fin del enfrentamiento entre profesionales y pacientes, en ocasiones incluso promovido por la propia administración, que evitaba ver a los verdaderos responsables, etc, etc.

En Huelva además, salimos ahora porque además queremos, al menos, ser igual que el resto de andaluces y si pudiera ser como el resto de españoles. No parece mucho pedir ¿verdad?

Lamenta también nuestra presidenta que «ahora, que se están abriendo hospitales, que se les ha pagado (a los trabajadores) el cien por cien de la jornada (reconoce implícitamente que antes no se hacía), que se van a meter a 3.000 personas (se han perdido entre 2009 y 2014 unos 6.000 según datos de la propia Consejería) y que a 15.000 eventuales se les va a hacer interinos (algo que no hacen por su excelsa bondad, sino por obligación. Varias sentencias Judiciales de la Unión Europea y del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía les han obligado a ello), salgan las mareas blancas (aclarar que no somos mareas de ningún tipo, somos movimientos ciudadanos, sin vinculación política) a la calle a deteriorar la imagen -la imagen claro-, lo único que importa y que se deteriora cuando se conoce la cruda realidad. El oro vendido era en realidad oropel.

Afirma que a “eso se llama hacer política a costa de la salud de las personas, y por ahí no vamos a pasar”. Totalmente de acuerdo con esta última afirmación, sólo que son ustedes los que están haciendo política y los que disfrutan de su puesto a costa de los impuestos y la salud de sus administrados. Ah, los ciudadanos ya tampoco vamos a pasar por ahí.

Alguna vez llega la hora de pedir, de exigir que todas sus promesas se hagan realidad ya. Llevamos muchos años aguantando esta situación y las cosas tienen un límite, porque las fusiones hospitalarias, con sus objetivos estrictamente economicistas, han disminuido alarmantemente la calidad de la asistencia. ¿No le parece adecuado el momento cuando al parecer hay 500 millones más para sanidad? Mejor que cuando había que apretarse el cinturón ¿No? Cuando ya no podemos más, ni trabajadores ni pacientes. Cuando estamos hartos de la gestión realizada, de sus recortes tras recortes y su propaganda tras propaganda. De su prometer y no cumplir. De su Bla, bla, bla y su juego al despiste evitando responsabilidades, ¿Dónde está la bolita?.

Conocemos perfectamente que lo que cuenta son medias verdades ¿o medias mentiras? . Los ciudadanos lo juzgarán

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